LAS NORMAS
Todo él está lleno de normas. Plagado de normas. Es más, todo son normas… Normas que nos condicionan y a las que tenemos que atenernos o no, pero que en principio están ahí para ser cumplidas.
Sin querer nombrarlas a todas y haciendo un ejercicio de libre pensamiento, encuentro que hay un tipo de ellas a las que podemos llamar universales. Están basadas en la naturaleza humana. Pese a que cada individuo es único, hay factores de carácter físico y biológico que nos condicionan y queramos o no, crean una norma.
Por debajo están las normas legales. Aquí ya nos ponemos serios… Su incumplimiento es punible y puede desencadenar en algún tipo de castigo. Si bien están escritas, son susceptibles de interpretación y cambio. Como sabemos, estamos obligados a su cumplimiento.
También tenemos las normas morales, que nos condicionan en cuanto a la prudencia o decencia de nuestros actos o palabras o del resto de personas. Así como las normas religiosas, cuya recompensa o castigo quedan pospuestos a más allá de nuestra vida física.
Por otro lado, las normas de conducta que simplemente obligan o prohíben hacer cosas que son aceptadas o no, digamos por convenio, por la comunidad o entorno al que se pertenece.
LAS NORMAS SOCIALES
Y cómo no, las normas sociales. No están escritas, no constan en ninguna ubicación física. Hoy en día, por conectividad, casi no precisan de argumentación, sino de masificación. Ahí están y supuestamente no debemos ignorarlas. No tienen un castigo propio más allá del señalamiento o escarnio social (que ya es…).
Así como todas estas normas sociales hacen que valoramos la descendencia, la presencia, la conducta, ideología, entorno o demás características de las personas con las que tratamos, también valoramos de forma diferente y socialmente hablando, las distintas profesiones que desempeñan.
Existen profesiones que, por requerir una especial preparación, entrega, valentía o dedicación; por su remuneración o por un sinfín más de valores, crean una norma social que hace que las tratemos especialmente. Son vocacionales y se encuentran en la boca de todos los niños, precisamente porque hay una norma que les condiciona a soñar con esas profesiones.
Existen otras que, si bien no son menospreciadas, sí son más quedas y humildes. Socialmente poco valoradas. No aparecen en portadas de revistas de actualidad, ni son muy mencionadas. Profesiones, no deseadas si me apuras y entendidas como fáciles.
DÍA DEL AGRADECIMIENTO AL PERSONAL DE LIMPIEZA
El pasado día 17 del corriente se celebró un evento que no podíamos dejar de comentar.
Sí, se celebró el día del agradecimiento al personal de limpieza en España. En su primera edición, puesto que la primera iniciativa al respecto la tuvo Nueva Zelanda en 2015. Otros países se sumaron y ahora le toca el turno al nuestro.
Su idea es el reconocimiento a todas las personas participantes en estas profesiones que pasan desapercibidas, pero que tan importantes son para nuestro bienestar común. Un trabajo bien hecho, es tal en cualquier ámbito.
A “tiro pasao”, felicidades. Nuestro agradecimiento al personal de limpieza de oficinas, locales, viviendas, hoteles, hospitales, calles y gimnasios. De aeropuertos, estaciones, metros, espacios públicos, privados y centros deportivos…
Muchas felicidades. Hacéis y hacemos del mundo un lugar mejor para vivir, trabajar y hacer deporte.
Y es que, todos somos iguales, pero únicos. Cada uno somos parte de un puzle que completa el bienestar común. Cada una de sus piezas tiene importancia por sí misma y es imprescindible para la consecución del fin, que es completarlo.
Que sea norma. Del tipo que queráis…