MUSCULO Y ÉXITO
Si nuestro espejo del baño hablase, entre otras muchas cosas, podría contar que alguna que otra vez nos ha visto poniendo posturitas y tensando los músculos. Contaría cómo nos ve imaginar que, con nuestro esbelto y atractivo cuerpo, seríamos más felices.
A día de hoy, se nos ha convencido que tener un cuerpo musculado es sinónimo de éxito. La “bendita” publicidad ha logrado que asociemos el placer, la felicidad y la salud con cuerpos escandalosos. Estableciendo incluso estándares de belleza completamente alejados de la realidad y en algunos casos insalubres.
Esta presión determina que la cultura del gimnasio esté tan extendida. De hecho, acorde a la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas, el sector viene experimentando un incremento anual del 10 por ciento en los últimos años.
MUSCULO Y PATOLOGÍA
Fisiológicamente, nuestro cuerpo está diseñado para el movimiento. Nuestro esqueleto, el sistema muscular, el sistema nervioso y las articulaciones; se encargan de dar respuesta en forma de movimiento a los distintos estímulos que recibimos del exterior.
Por ello, es tan importante la actividad física y el deporte en general. Mantener nuestro cuerpo en movimiento es una necesidad fisiológica. El gimnasio es salud.
Pese a ello, el sobredimensionamiento del culto al cuerpo se ha convertido en una práctica muy habitual, llegando incluso a la obsesión. El ideal de belleza propuesto choca con la realidad, lo que conlleva a una insatisfacción permanente con nuestra imagen corporal.
En ciertos casos, surgen las patologías cuyos nombres todos conocemos relacionadas con los excesos con el cuerpo, tanto hacia un extremo como hacia el otro.
GIMNASIO ES SALUD
El cuerpo, mediante entrenamiento, genera masa muscular. Eso sí, se trata de un proceso lento que requiere de su tiempo. La equivocada necesidad de conseguir el éxito mediante la imagen corporal provoca que, en algunos casos, se intercambie sin pestañear la inmediatez de los resultados por la salud.
Cada uno es muy libre de tomar las decisiones que quiera al respecto, faltaría más… No es objeto de este artículo criticar o valorar una u otra postura. Quizás darle un pequeño pellizco a esta sociedad de luces y fantasía en las que nos crean necesidades basadas en cuerpos, estereotipos y estándares muy alejados de la realidad.
Claro está, necesidades que asumimos como tales…
Por supuesto, no todo son excesos. Afortunadamente, la mayoría de la gente entiende el gimnasio como lo hacemos nosotros: Un lugar donde se entremezclan salud, motivación personal, esfuerzo, trabajo duro, superación y ganas de progresar. De una forma sana y lógica. Sin estridencias. Sí, desde nuestro punto de vista, el gimnasio es salud.
Y ahora, me voy al baño a poner unas posturitas…