EL SUELO QUE PISAMOS
Con la importancia que nos merece, ya hablamos de él en otro artículo relacionado con las escuelas de danza.
Es el espacio inmóvil sobre el cual desarrollamos nuestra vida. Nos criamos en el suelo hasta que la vida nos va separando. Finalmente, de una forma u otra regresamos a él para quedarnos definitivamente.
Es dónde pisamos, corremos, rodamos. Nuestro punto de contacto físico con el mundo. Nos ofrece alimento y nos sustenta en el caso del suelo exterior. Nos ofrece comodidad, calidez y confort en el interior.
La importancia del suelo queda fuera de toda duda. Por eso, en el momento de decidir el suelo de cualquier estancia, habrá que valorar previamente las características específicas del mismo según la actividad que se pretenda desarrollar sobre él.
LOS SUELOS DE LOS GIMNASIOS
Tal es el caso de los suelos de los gimnasios. Sabemos que, en los centros deportivos, se desarrollan multitud de actividades; cada una de ellas con sus características y peculiaridades y con diferentes necesidades a la hora de seleccionar su suelo.
Existen numerosas posibilidades; pero siempre se deberían valorar determinados requisitos mínimos. Estarían basados en los siguientes criterios:
- Funcionalidad. Las características específicas de la actividad a desarrollar, serán el punto clave en la elección de un buen suelo. Tarimas o maderas macizas para ciertas actividades, vinilos para otras, losetas de caucho, moquetas, plásticos, linóleos y un sinfín más de materiales que han de seleccionarse en función de la actividad que hayan de soportar.
- Seguridad. La calidad del suelo y la probabilidad de sufrir lesiones están íntimamente relacionados según algunos estudios. Se requiere, por tanto, y en función de la actividad que se desarrolle, que tenga una gran capacidad de absorción de impactos, en previsión de posibles caídas.
- Resistencia. Como emplazamientos muy concurridos, los suelos de los gimnasios están sujetos a golpes, roces, erosiones y a un trato más agresivo que otros suelos. Los materiales que se emplean en la actualidad se someten a numerosos tests de fatiga, con los que se determina la durabilidad de los mismos bajo las peores condiciones.
- Estética. Por supuesto. El suelo viste una estancia y la sensación que obtenemos de la misma, es la que nos indica si estamos en un sitio en el que queremos estar. Un gimnasio debe resultar atractivo a los ojos y que todo su conjunto nos acoja y nos invite a la práctica del deporte.
- Mantenimiento. Ahí queríamos llegar… De nada sirve la observancia de todos los puntos anteriores, si los suelos no tienen el mantenimiento adecuado. Y en realidad, ese mantenimiento se basa principalmente en la limpieza.
CONCLUSIÓN
Según la actividad que se desarrolle en el gimnasio, se debe escoger un tipo u otro de suelo. Ello permitirá la práctica del deporte de una forma segura y eficiente.
En cuanto al mantenimiento, es tal la amalgama de materiales empleados en los suelos de los gimnasios, que se requiere de un amplio conocimiento de los mismos y de los productos de limpieza a aplicar en cada situación. De otro modo, como lugar de actividad física, requiere un mantenimiento cuidadoso y detallista; no sólo para dejar los suelos como los chorros del oro, sino para que sean higiénicamente saludables y seguros.
Si eres propietario y te ves en la tesitura de tener que elegir el suelo para tu gimnasio, como si eres usuario y eliges tu gimnasio por el suelo; analiza previamente su funcionalidad, seguridad, resistencia y estética.
Del resto, nos encargamos nosotros…