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Volver al gimnasio en septiembre

By 11 septiembre, 2018 No Comments
Volver al gimnasio - El Gato Limpieza

SEPTIEMBRE

Ayer retomamos esa habitual imagen, propia de la rutina mañanera, de legiones de niños con sus mochilas y pertrechos. Puede observar en sus rostros que no era un día normal y eso lo deduje porque algunos de esos niños mostraban caras felices y expectantes, mientras otros sólo se veían apesadumbrados y cariacontecidos.

Y es normal esa anormalidad. Ha vuelto la temporada escolar y tras ese largo parón del que disfrutan nuestros infantes, no es del agrado de todos regresar a la rutina. Tres meses de vacaciones tocándose el higo y normalmente, tocándoselo a sus padres, crean un vicio del que no todos quieren salir.

En el caso de los adultos no es muy diferente. Pese a que los rostros no se muestran tan expresivos; se puede percibir, por un lado, la alegría de quitarse de encima a los bichos; por otro, la desazón de regresar a la tediosa rutina de la vuelta al trabajo y a los quehaceres cotidianos.

Así es septiembre

Un mes que en muchos casos es el bofetón que te despierta del letargo. Un cubo de agua fría que nos recuerda la absurda vida que nos obligan a vivir y que nos muestra la triste realidad que; por un momento y sólo por un momento, conseguimos olvidar en nuestros días de asueto.

VOLVER AL GIMNASIO

En septiembre, entre otras cosas, hay que volver al gimnasio. No es tarea fácil, pero según dicen los responsables de los mismos, no hay mal que por bien no venga. Y es que este mes, junto con enero, es uno de los meses de más actividad. En este “nobienqueridoportodos” mes, el número de nuevas matrículas se dispara; además de que, los asiduos al tema, retoman de nuevo su actividad física habitual.

Y es que, quién en su sano juicio puede quedarse impasible ante las innumerables tentaciones del chiringuito de turno. Un pincho de “torti” por aquí, unas cuantas cervecitas por allá, un “chori-morci” por acá y unos cubatitas por acullá… Eso sí, todos esos excesos suelen ir acompañados en los postres por esa tan manida frase de autoayuda: “Ahora en septiembre voy a volver al gimnasio y me lo quito…”.

Este “living la vida loca” deja su huella en nuestros cuerpos en forma de calorías, o en muchos casos de kilocalorías. Es por eso que volver al gimnasio ha de afrontarse con optimismo y sin metas premarcadas. Hay que intentar pasarlo bien, relajarse y disfrutar; aunque sea pensando en los atracones que nos vamos a meter entre pecho y espalda el verano siguiente.

En nuestro caso, cuenta con que cuando vuelvas te vas a encontrar un gimnasio limpio, impoluto y todo “flaman”, aunque eso seguramente no te sirva de consuelo…

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